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Servicio al Cliente

Nuestra visión.

Diseñar gimnasios para gatos y ambientes felinos, proporcionando a los gatos un lugar ideal para desarrollar sus actividades felinas, y a los humanos un espacio lleno de diseño que no vaya en contra de su estilo.

Nuestra historia.

En 2013, con la llegada de Miaw, nace la idea de Gatificando. Juan David y Miaw vivían en un pequeño apartamento y sólo tenían una ventana, de allí que Juan David quisiese darle un espacio donde ella se sintiera más cómoda y pudiera tener mayor visibilidad de lo que ocurría en el exterior. Poco a poco Juan David le instaló unas superficies a las que Miaw subía y bajaba sin control y esto les causaba a los dos mucha diversión, esa fue su primera Gatificación, sin saber mas tarde se convertiría en su pasión.

Buscando compañía para Miaw en 2014 adoptan a Pelusa, se mudan a un apartamento un poco más grande y este es ahora, un verdadero paraíso felino, con puentes que cruzaban de un lado a otro y grandes superficies en lo mas alto de la pared, ellas nunca se han llevado tan bien, pero cada una tenía su espacio y esto hacía posible una sana convivencia.

Es allí cuando Gatificando empieza a tomar forma, Juan David analizando lo que existía en el mercado para gatos se daba cuenta que solo había las clásicas estructuras, y decide que por medio de su conocimiento y experiencia en mobiliario podía dedicarse a darle felicidad a los gatos de Colombia.

En 2015 por casualidades de la vida, Juan David y Diana se conocen y se enamoran perdidamente, curiosamente teniendo su mismo apellido (Agudelo) y amor por los gatos se convierten en socios, y le dan forma a Gatificando. Si Juan David es considerado como el padre y el corazón de Gatificando, Diana es la madre y el cerebro.

El sueño se transforma en realidad cuando logran alquilar un taller en el barrio el Gaitán a comienzos de 2016. Este espacio da libertad a la creatividad, imaginación y la pasión por el diseño.

Unas semanas después en un acalorado día de trabajo el destino se encargaría de presentarle a la familia Agudelo su tercer integrante, Ruso. El pequeño es encontrado en una obra cercana al taller, de ahí su extraño nombre, y se convertiría en la locura de la casa, con su incansable energía pondría a prueba todos los productos existentes.

Tiempo después, Julio llega a completar la familia gracias a Diana, que en una caminata por el parque de Usaquén encuentra en una jornada de adopción a una pequeña bolsa de huesos y pulgas que nadie había querido llevar. Julio llenaría el corazón de la familia, que ya dedicada a amar a los gatos, le faltaba esa gota de equilibrio para de ahora en adelante, ser la familia Gatificando.

A finales del 2018, Pelusa se enferma gravemente. Había sufrido lo que al parecer sería una obstrucción estomacal por cuerpo extraño, pero después de operarla se descubrió que sus enfermedades autoinmunes, generaban problemas estomacales. Su cuerpo rechazó las suturas internas y externas, y luego de mucho tiempo de lucha, duerme eternamente y cruza el arcoíris.

En noviembre del 2019, en una visita a la fundación Second Chances, un pequeño gato negro gana los corazones de Gatificando. Con su incansable llanto y su gran habilidad para escalar humanos se las arregla para que se lo lleven a casa. Con gran habilidad para congeniar, automáticamente empieza a interactuar con Ruso y Julio, convirtiéndose en el hermano menor de toda la familia Gatificando, y llenando de alguna forma toda ese vacío de ternura que dejaba Pelusa