¿Y ahora quién se quedara con el gato?
Fueron años maravillosos, llenos de amor, risas y enamoramiento. Quedaron buenos recuerdos o no tantos: casa, carro, hijos y uno o más pequeños de cuatro patas.
Un divorcio o separación afecta a toda la familia, los bienes se dividen, los hijos se van con mamá o papá, pero… ¿Qué pasa con las mascotas? ¿Y sus juguetes, como rascadores, camas y repisas?
Las mascotas en Colombia han sido históricamente tratadas como bienes muebles desde un punto de vista legal. Aunque actualmente gracias a la Ley 1774 de 2016, define claramente la protección animal, la declaración de los animales como seres sintientes y la penalización de los infractores contra los animales, sin embrago, no prevé legislación clara en eventos de separaciones o divorcios.
Los vínculos que se crean entre personas y gatos son muy estrechos y a veces el dejar compartir con uno de los dos puede afectar al gatito: su carácter, comportamiento e incluso generar enfermedades. Lo que nos lleva a preguntarnos:
¿Quién se queda con los gatos?
Esta es una conversación que se debería tener siendo muy honesto, responsable y comprometido a la hora de hacerlo. Los divorcios o separaciones son causantes de un buen porcentaje de abandonos. Por eso, cuando en pareja se decidió darle un hogar a un peludito; en pareja se debe decidir que suerte correrá al no estar juntos y evaluar cosas.
Por ejemplo, cosas cómo:
- ¿Quién tiene mejores condiciones económicas para cuidarlo?
- ¿Cuál de ellos tiene la casa adaptada para sus necesidades?
- ¿Quién tiene más tiempo para compartir con el animalito?
- ¿Cuál es el que es más cercano y/o tiene más cariño al gatito?
Sin importar como termine la relación, los gatos no son culpables o causantes y deberían seguir recibiendo amor, comida y todos sus cuidados. Sin embargo, la separación es uno de los motivos más frecuentes para abandonar al michi.
Cuando una relación de pareja esta mal, y se ha trabajado para mejorarla y al final se llega a la conclusión que lo mejor es una separación, hay que empezar a preparar a ese gatito.
Modificar poco a poco la rutina del gato. Es decir, quien se vaya a quedar con él empiece a alimentarlo, limpiarlo, cepillarlo y le asee su arenero o le regale nuevos rascadores, camas o repisas. Para que el gatito comience a interiorisar y a asimilar este nuevo suceso.
Es importante tener en cuenta, que la ansiedad por separación puede afectar más a unos que a otros. Como ya lo hemos visto, las personalidades de los gatos son muy diferentes y por ende sus reacciones. Por ejemplo, razas como los siameses o los birmanos, pueden ser más suceptibles que los gatos Maine Coon e incluso los criollitos.
Esperamos que este artículo te haya gustado, siempre hay que estar preparados y hablar de estas cosas en pareja.
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